“CHAPÓ - CHAPEAU”

2018

Introducción

Ana Navarro

HOJA DE SALA

El surrealismo no es un estado de ánimo. Es una manera de ver la vida

Luis Buñuel

 

 

Baldomero Moreiras (Celanova, 1955) presenta en el Espacio de Arte Roberto Verino la exposición “Chapó – Chapeau”, un juego surrealista con el que descubrir la semblanza de diferentes y dispares personajes de especial relevancia en la biografía del artista y de la ciudad de Ourense. La muestra está formada por doce piezas, doce pequeñas grandes historias contadas a través de un objeto tan personal y con tanta personalidad como es un sombrero. Baldomero Moreiras ha escogido este accesorio como base para un diálogo entre el arte y la moda lleno de guiños surrealistas.

El zapato-sombrero de Dalí. Los bombines en la obra de René Magritte. La mirada surrealista de Man Ray en su serie fotográfica de sombreros para la revista Minotaure en los años 30. La moda ha sido y es un medio de expresión para el surrealismo y Baldomero Moreiras ha tomado el testigo de las vanguardias con estas intervenciones, a las que dota de vida y de su característico estilo artístico. En Chapó-Chapeau nos encontramos con Eduardo Úrculo, el pintor de las maletas y los sombreros, con el fotógrafo Mani Moretón y el blanco y negro de sus negativos, el humor inteligente de los sombreros de copa de Tip y Coll o la figura de Roberto Verino en su faceta de diseñador y bodeguero. Retratos realizados sin lienzo ni pincel y que al mismo tiempo encierran tintes biográficos del propio artista.

Con esta muestra, Baldomero Moreiras nos confía no sólo su visión de estos personajes, si no que comparte con nosotros su pasión por el noble oficio de las bellas artes desde que era niño. La elección del sombrero como soporte para esta muestra tiene mucho que ver con El Principito de Antoine de Saint-Exupéry y ese sombrero que los mayores no ven que en realidad, es una boa que se ha comido un elefante. Baldomero Moreiras resalta en Chapó-Chapeau la importancia del artista de ser perseverante y no cerrar sus ojos de niño para experimentar la felicidad que supone compartir con el mundo que un sombrero puede ser mucho más de lo que se ve a simple vista.

Ana Navarro

Licenciada en Historia del Arte

 

Tareixa Taboada

La Voz de Galicia. Ourense

«Una corona es tan solo un sombrero que deja pasar la lluvia».
Federico II. El artista Baldomero Moreiras presenta en el Espacio de Arte
Roberto Verino, la instalación performática titulada: Chapó- Chapeau. Un
conjunto sorprendente de doce obras contempladas como juego surrealista a
través de la reinvención del objeto convertido en leitmotiv, figura
retórica, metáfora expresiva y dialogo entre arte y moda con inspiración
surrealista y desplazamiento conceptual.


Prosopografía de personajes a los que Moreiras rinde un emotivo
homenaje a través del sombrero como elemento interventivo, etopeya de
caracteres y personalidades. Arte encontrado de objetos recuperados presentados
de manera plástica de forma que su significado utilitario desaparece bajo el
título y un nuevo y original punto de vista. El objeto, al perder su
contextualización, varía y amplía su significado, recuperando el carácter
aurático de la obra de arte. Picabia, combinó el found art con la
tradición, ensamblando peines y agujas en Le Beau Charcutier, la plancha
tachonada de clavos de Man Ray, la taza de pelo de Oppenheim, los
conocidos artefactos de Duchamp. Objetos encontrados, found objects;
preparados, ready-made; perturbados, perturbed; interpretados,
naturales, incorporados… «Objetos manufacturados elevados a la dignidad de
obras de arte a través de la elección del artista», así definió Bretón a las
piezas que formaban parte de la Exposición surrealista de Objetos de
1936 y de esta manera recalificaba el objeto ampliando su significado y
proyección. Sin ignorar la semántica surrealista y sus subclasificaciones,
Moreiras retoma la subversión imaginista y la emancipación del volumen en la
conversión del concepto en símbolo sensible, aproximándolo a Dalí en valores
táctiles y alejándose del collage disfuncional y geométrico de Picasso
basado en las cualidades del material como amalgama de residuos cuyo resultado
en los assemblages es siempre un sorprendente descubrimiento. Beuys,
Vostell, Craig, Tracey Emin, Sarah Lucas… ampliaron la investigación a través
de objetos modificados, hasta el inesperado manifiesto de los stuckists
identificando ready made con materialismo, constituye una derivación del
propio concepto. Plantea una síntesis objetiva y objetual en volúmenes y
construcciones que se expanden en el espacio con autonomía escultórica, la
maleta de Úrculo desbordante de sombreros y redefine la noción de instalación
mediante la introducción del sombrero como elemento icónico y recurso formal y
simbólico de un modelo interior de sugestiones diferentes, sustituyendo las
fórmulas tradicionales por la exigencia de su propia interioridad. Sombreros
que son ingeniosas esculturas como eran las magníficas creaciones de
Schiaparelli (sombrero-zapato) diseñadora que, como Verino, consideraba la moda
arte, por tanto, imposible sería desvincular la emoción de las artes plásticas
del diseño contemporáneo.


La cuidada estética de romántica artisticidad de las piezas, sugiere
una capacidad evocadora de la realidad a través de la imaginación y el color.
Un sombrealismo cargado de ironía o ternura, postvanguardismo como una
incisión tangible, una experiencia lúdica del artista, consciente de un mundo
de sensaciones plásticas, un discurso lleno de complicidades, un “liberar el
volumen de su peso” que propugnó Jaffe y hacer del elemento repetido como
metáfora obsesiva y en sus características de estructura, movimiento,
ductilidad, suspensión, el nudo del discurso performativo que atribuye al
sombrero un nuevo valor simbólico, plástico, instrumental y analítico a través
de un utillaje con historia que Moreiras construye como ingenioso homenaje a
los humoristas Tip y Coll, mediante un juego lingüístico de homónimos y
símbolos «sombrero de copa y bombín». Representan, al carismático fotógrafo
Mani Moretón, negativos y diapositivas manufacturadas con papel y su
incondicional sombrero como perfil característico. Para nostálgicos de O
Volter
, la entrañable instalación dedicada a Tucho, Antonio Fontela Peña,
amigo de los artistas, alma de bohemia y avezado jugador de Chinchimoni.
Instalación performativa de un colgante retrato de Vidal Souto que decoraba el
local y representaba a Tucho con forma de alado Cupido barroco y una carta que
atesora la memoria. «Pétalos, botón, tesoira y botella» dedicado al diseñador
Roberto Verino. Pamelas dedicadas a Ana, su mujer y a Maruxa de Cangas con esa
ortografía lineal y cromática que define la plástica de Moreiras.

 

Baldomero Moreiras

Exposición